Es quizás uno de los fenómenos mas llamativos para muchos de los que observamos el eclipse en Garaballa. La luz del sol eclipsado que pasaba entre los huecos de las hojas de los árboles formaba en el suelo o las paredes la forma que en ese momento tenía el sol: "medias-lunas" que iban haciéndose cada vez mas finas y "anillos de luz" en el momento de la anularidad.

Esas imágenes proyectadas en el suelo o las paredes de piedra del antiguo convento, que además se movían al soplar el viento entre las hojas, hacían que fuera unos intantes con hechizo.

El efecto era el mismo de la "cámara oscura", que sirvió para que muchos aficionados se hicieran sus "telescopios caseros" con tubos y papel de aluminio agujereado, o el que nos divirtió a todos al ver el mismo fenómeno con una sencilla espumadera de cocina.